Perdóname.
Partiste sin saludar,
al menos no me enteré,
no puedo olvidar
cuánto me enamoré.
Me enseñaste a vivir,
me enseñaste a querer,
pero nunca aprendí
a poder olvidar.
Cuándo volverás,
aún no lo sé,
pero sé que algún día,
algún día lo harás.
Espero ese día
para volverte a ver
y poder nuevamente
volverte a querer.
Te pido perdón
de todo corazón
por amar a una princesa
tal cual como sos.
José M. Monjo
No hay comentarios:
Publicar un comentario