EN EL VIEJO BAR

En el viejo bar

En la esquina del viejo bar
me enamoré,
de una rubia que caminaba
por el andén.

Me levanté y la invité
con un café, me miró y sin saber
accedió

Su mirada y su cintura
me cautivaron,
ella no sabía, ni siquiera,
quien era yo.

Nos desvestimos antes de llegar
al motel,
destrozamos los espejos
del ascensor.

Que sentido tiene describir
la habitación,
si no le prestamos
ni atención.

Solamente fue una noche
de amor,
que comenzó en a esquina
del viejo bar.

Aquella rubia siguió
por el andén,
y finalmente, sin despedirse,
se marchó.

Yo sigo en la esquina
del viejo bar,
con mi café esperando

su regresar.