RAZONES Y PAISAJES DE AMOR

Razones y paisajes de amor

Alfonsina Storni


AMOR 

Baja del cielo la endiablada punta 
Con que carne mortal hieres y engañas. 
Untada viene de divinas mañas 
y cielo y tierra su veneno junta. 

La sangre de hombre que en la herida apunta 
florece en selvas: sus crecidas cañas 
de sombras de oro, hienden las entrañas 
del cielo prieto, y su ascender pregunta. 

En su vano aguardar de la respuesta 
las cañas doblan la empinada testa. 
Flamea el cielo sus azules gasas. 

Vientos negros, detrás de los cristales 
de las estrellas, mueven grandes masas 
de mundos muertos, por sus arrabales. 

II 
OBRA DE AMOR 

Rosas y lirios ves en el espino; 
juegas a ser: te cabe en una mano, 
esmeralda pequeña, el océano; 
hablas sin lengua, enredas el destino. 

Plantas la testa en el azul divino 
y antípodas, tus pies, en el lejano 
revés del mundo; y te haces soberano, 
y desatas al sol de tu camino. 

Miras el horizonte y tu mirada 
hace nacer en noche la alborada; 
sueñas y crean hueso tus ficciones. 

Muda la mano que te alzaba en vuelo, 
y a tus pies cae, cristal roto, el cielo, 
y polvo y sombra levan sus talones. 

III 
PAISAJE DE AMOR MUERTO 

Ya te hundes, sol; mis aguas se coloran 
de llamaradas por morir; ya cae 
mi corazón desenhebrado, y trae, 
la noche, filos que en el viento lloran. 

Ya en opacas orillas se avizoran 
manadas negras; ya mi lengua atrae 
betún de muerte; y ya no se distrae 
de mí, la espina; y sombras me devoran. 

Pellejo muerto, el sol, se tumba al cabo 
Como un perro girando sobre el rabo, 
la tierra se echa a descansar, cansada. 

Mano huesosa apaga los luceros: 
Chirrían, pedregosos sus senderos, 
con la pupila negra y descarnada.

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