DELMIRA AGUSTINI (APUNTE)


Delmira Agustini
 (Montevideo24 de octubre de 1886 - Ib.6 de julio de 1914) fue una poeta modernista uruguaya.
Biografía
Nació y fue criada en una familia que a pesar de ser conservadora y tener conductas estrictas, le dieron la posibilidad de cultivarse culturalmente y desarrollar su creatividad. Su padre fue Santiago Agustini (m. 8 de julio de 1925),1 uruguayo, y su madre María Murtfeld Triaca (Buenos AiresArgentina24 de agosto de 18592 - 18 de julio de 1934).1
Fue una niña precoz. Además de componer versos desde que tenía 10 años, realizó estudios de francés, música y pintura.
Colaboró en la revista La Alborada, también en Apolo, del poeta Manuel Pérez y Curis. Formó parte de la Generación del 900, junto a Julio Herrera y ReissigLeopoldo LugonesRubén Darío y Horacio Quiroga, al que consideraba su maestro. Darío llegó a compararla con Santa Teresa, diciendo de ella que era la única, desde la santa, en expresarse como mujer.
Su poesía expresó el erotismo femenino en una época en la que el mundo estaba dominado por el hombre. Su estilo pertenece a la primera fase del Modernismo y sus temas tratan de la fantasía y de materias exóticas.3
Eros, dios del amor, simboliza el erotismo y es la inspiración para los poemas de Agustini sobre los placeres carnales. Es el protagonista en muchos de sus poemas y obras literarias, y a quien dedicó su tercer libro titulado Los cálices vacíos (1913), lo que significó su entrada al movimiento de vanguardia.
Contrajo matrimonio con Enrique Job Reyes el 14 de agosto de 1913, pero por diversas desavenencias conyugales lo abandonó un mes y medio más tarde, divorciándose el 5 de junio de 1914. En julio del mismo año fue asesinada por su ex esposo, quien después se suicidó.

Obra
Su obra se caracteriza por una fuerte carga erótica. Sus poemas siguen la línea modernista y están llenos de feminismo, simbolismo, sensualidad y sexo.3 El alma de Delmira sin "filtros ni condicionamientos" queda patente en el poemario Los cálices vacíos. La obra es, además una invitación a desandar el camino que la condujo a su yo.4 En 1924 se publicaron en Montevideo sus obras completas. Entre sus títulos destacan los siguientes:
·         El libro blanco (1907).
·         Cantos de la mañana (1910).
·         Los cálices vacíos (1913).
Ediciones póstumas:
·         El rosario de eros (1924).
·         Los astros del abismo (1924).
·         Correspondencia sexual (1969)


Memoria
La ciudad de Montevideo cuenta con un espacio memorial dedicado a Delmira Agustini y a todas las víctimas de la violencia de género ubicado en la calle Andes 1206, donde Delmira fuese asesinada por su ex marido. Es una obra del artista Martín Sastre y fue inaugurado en 2014 al cumplirse 100 años del asesinato de la poeta.5



Delmira Agustini

Los astros del abismo / El rosario de eros
de Los astros del abismo      

FIERA DE AMOR

Fiera de amor, yo sufro hambre de corazones.
De palomos, de buitres, de corzos o leones,
No hay manjar que más tiente, no hay más grato sabor;
Había ya estragado mis garras y mi instinto,
Cuando erguida en la casi ultratierra de un plinto,
Me deslumbró una estatua de antiguo emperador.

Y crecí de entusiasmo; por el tronco de piedra
Ascendió mi deseo como fulmínea hiedra
Hasta el pecho, nutrido en nieve al parecer;
Y clamé al imposible corazón... la escultura
Su gloria custodiaba serenísima y pura,
Con la frente en Mañana y la planta en Ayer.

Perenne mi deseo, en el tronco de piedra
Ha quedado prendido como sangrienta hiedra;
Y desde entonces muerdo soñando un corazón
De estatua, presa suma para mi garra bella;
No es ni carne ni mármol: una pasta de estrella
Sin sangre, sin calor y sin palpitación...

¡Con la esencia de una sobrehumana pasión!



De El rosario de eros
CUENTAS DE MÁRMOL

Yo, la estatua de mármol con cabeza de fuego,
Apagando mis sienes en frío y blanco ruego...

Engarzad en un gesto de palmera o de astro
Vuestro cuerpo, esa hipnótica alhaja de alabastro
Tallada a besos puros y bruñida en la edad;
Sereno, tal habiendo la luna por coraza;
Blanco, más que si fuerais la espuma de la Raza,
Y desde el tabernáculo de vuestra castidad,
Nevad a mí los lises hondos de vuestra alma
Mi sombra besará vuestro manto de calma,
Que creciendo, creciendo me envolverá con Vos;
Luego será mi carne en la vuestra perdida...
Luego será mi alma en la vuestra diluida...
Luego será la gloria... y, ¡seremos un dios!
—Amor de blanco y frío,
Amor de estatuas, lirios, astros, dioses...
¡Tú me lo des, Dios mío!

CUENTAS FALSAS

Los cuervos negros sufren hambre de carne rosa;
En engañosa luna mi escultura reflejo,
Ellos rompen sus picos, martillando el espejo,
Y al alejarme irónica, intocada y gloriosa,
Los cuervos negros vuelan hartos de carne rosa.

Amor de burla y frío
Mármol que el tedio barnizó de fuego,
O lirio que el rubor vistió de rosa,
Siempre lo dé, Dios mío...

O rosario fecundo,
Collar vivo que encierra
La garganta del mundo.

Cadena de la tierra,
Constelación caída.

O rosario imantado de serpientes,
Glisa hasta el fin entre mis dedos sabios,
Que en tu sonrisa de cincuenta dientes
Con un gran beso se prendió mi vida:
Una rosa de labios.




SERPENTINA

En mis sueños de amor, ¡yo soy serpiente!
Gliso y ondulo como una corriente;

Dos píldoras de insomnio y de hipnotismo
Son mis ojos; la punta del encanto
Es mi lengua... ¡y atraigo como el llanto!
Soy un pomo de abismo.

Mi cuerpo es una cinta de delicia,
Glisa y ondula como una caricia...
Y en mis sueños de odio, ¡soy serpiente!
Mi lengua es una venenosa fuente;
Mi testa es la luzbélica diadema,
Haz de la muerte, en un fatal soslayo
Son mis pupilas; y mi cuerpo en gema
¡Es la vaina del rayo!

Si así sueño mi carne, así es mi mente:
Un cuerpo largo, largo de serpiente
Vibrando eterna, ¡voluptuosamente!

El intruso
Amor, la noche estaba trágica y sollozante
cuando tu llave de oro cantó en mi cerradura;
luego, la puerta abierta sobre la sombra helante,
tu forma fue una mancha de luz y de blancura.
Todo aquí lo alumbraron tus ojos de diamante;
bebieron en mi copa tus labios de frescura;
y descansó en mi almohada tu cabeza fragante;
me encantó tu descaro y adoré tu locura.
¡Y hoy río si tú ríes, y canto si tú cantas;
y si duermes, duermo como un perro a tus plantas!
¡Hoy llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera;
y tiemblo si tu mano toca la cerradura;
y bendigo la noche sollozante y oscura
que floreció en mi vida tu boca tempranera!



El arroyo
¿Te acuerdas?
El arroyo fue la serpiente buena…
Yo muero extrañamente…
No me mata la Vida,
¿Te acuerdas?
El arroyo fue la serpiente buena…
Fluía triste y triste como un llanto de ciego
cuando en las piedras grises
donde arraiga la pena
como un inmenso lirio se levantó tu ruego.
Mi corazón, la piedra más gris y más serena,
despertó en la caricia de la corriente y luego
sintió cómo la tarde, con manos de agarena,
prendía sobre él una rosa de fuego.
Y mientras la serpiente del arroyo blandía
el veneno divino de la melancolía,
tocada de crepúsculo me abrumó tu cabeza,
la coroné de un beso fatal, en la corriente
vi pasar un cadáver de fuego… Y locamente
me derrumbó en tu abrazo profundo la tristeza.




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